Que has hecho conmigo.


Eee tú, a donde vas tan rápido, ven siéntate, tengo que hablar contigo...
¿Sabes? Hace tiempo que te lo quiero decir, pero nunca tengo oportunidad, esa manía que tenemos de ir a contra reloj, siempre corriendo, no dejamos tiempo para hablar con las personas que queremos, decir lo que sentimos.
El tiempo vuela, no vuelve, no podemos recuperarlo, así que es urgente que digamos lo que sentimos a las personas que están a nuestro lado, no sabemos si habrá otra oportunidad de hacerlo.
Tenemos que hacer una pausa de vez en cuando, mirar a nuestro alrededor, apreciar lo que tenemos.
Hace tiempo que te lo quiero decir, agradecerte lo que has hecho conmigo, esos paseos de la mano, esas risas sin motivo, esos besos y esos abrazos, esos te quieros sin aliento.
¿Porqué no te tomas un café conmigo? Prometo dejar que te pongas todo el azúcar que quieras.
Nos sentamos y nos miramos, tomamos este amor a sorbos, endulzamos este ratito con nuestros recuerdos y de paso me explicas como lo has hecho.
Si, como has hecho para hacerme sentir tan viva, tan grande, como has hecho para deshacer todos los nudos que oprimían mi pecho y convertirlos en miles de mariposas.

También de paso puedes decirme dónde han ido a parar todas esas lágrimas que derramé, esos sollozos que me dejaban sin aliento. 
Dime, que has hecho con mi pena, con esa desdicha y esas ganas de mandarlo todo a la mierda.

Como has hecho para que no pueda parar de sonreír solo con mirarte, que solo tenga ganas de abrazarte, y de besarte.
Y todavía no lo entiendo, donde ha ido a parar esa angustia, ese resentimiento, como lo has cambiado por ilusiones, esperanzas y sueños.
Como has hecho para que mis mañanas sean diferentes, como apartas las nubes para que el sol asome, como pintas ese arcoíris de mis colores preferidos.

Y de repente rodeas mi cuerpo con tus brazos, me abrazas con tanto cariño que reconstruyes mi mundo por dentro.
Como has hecho para arreglar este corazón que estaba roto en mil pedazos, te prometo que lo he intentado miles de veces, y ni una pieza encajaba, hasta que llegaste tú y sin saber cómo, lo dejas como nuevo, sin cicatrices, sin remiendos.

Pellízcame, necesito saber que es cierto, que estás a mi lado porque así lo has decidido, que tenías miles de planes y cancelaste todos para estar conmigo.
Todavía recuerdo cuando llegaste a mi vida, te acercaste a mí sin pedir permiso, no necesitabas ninguna explicación y yo sin embargo necesitaba un motivo, como te atrevías a invadir mi espacio, ordenar mi cabeza y de paso instalarte en mi cuerpo.
Como has hecho para llenar cada rincón de mí, de miles de estrellas brillantes, como haces para que me sienta así,  que ni yo me reconozco.
Como lo has conseguido, como has llamado mi atención, que busco tu mirada a cada instante, para provocar tu risa y que des un salto, y juguemos como niños enredados en el suelo, y nos revolquemos hasta despeinarnos.
Y es que no puedo explicarlo, como me siento cuando despierto y te sorprendo mirando mientras duermo.
Como puedes amar cada una de mis torpezas, cada uno de mis defectos y hacerlos tuyos.

Así que después de todo lo que has hecho conmigo, creo que merecemos un ratito nuestro, un instante que se alargue a toda la vida.
Nos merecemos coger la luna, hacerla nuestra y subir a ella, quedarnos tumbados hasta que el sol nos sorprenda.
Y porque no, porque no hacemos nuestro este momento, paramos el tiempo, nos quedamos dormidos y al despertar nos amamos hasta hartarnos.
Y porque no, porque no nos quedamos en la cama todo el día, comemos caricias de fresa y besos de chocolate, empapamos nuestro cuerpo con el mejor vino y nos emborrachamos hasta quedarnos otra vez dormidos.
Porque no jugamos a perdernos en un bosque encantado y luego hacemos que me encuentras y me comes a besos, me acaricias con ternura rozando cada rincón de mi cuerpo solo con la yema de tus dedos.

Porque no pones flores en mi pelo, lo enredas con tus dedos, lo despeinas y vuelves a peinarlo.
Porque no me susurras al oído como solo tú sabes, porque no me dices que has visto en mí para quererme tanto, porque no me dices que nunca te irás de mi lado.

Dime cuál es el secreto, como haces para que me estremezca solo con mirarme, que tienes escondido en la mirada que has hecho que desaparezca todo el dolor.
Como lo has hecho, que has hecho con mi ira, con ese rencor, ese miedo, donde has dejado mis dudas, en que océano has tirado los malos recuerdos.

Hace tiempo que te lo quiero decir, esta es la oportunidad perfecta, mira lo que has hecho de mí, que ni yo me reconozco, te miro y solo puedo sonreír y dar las gracias por la suerte que tengo.
Ei ¿Dónde vas tan rápido, tomamos un café? Prometo dejar que te pongas todo el azúcar que quieras.




Inaccesible


Intento seguir el camino por la antología de tu cuerpo.
Encriptando el código de tu boca.
Descifrando tus versos y buscando la manera de interpretar tus gestos.
Exploro cada escondite, cada atajo.
Dibujo círculos en tu piel.
Intento deshacer esas cuerdas que me atan a ti.
Sabes cómo sacarme de quicio y también como provocarme.
Eres mi anestesia y a la vez mi adrenalina.
Sabes cómo encajar cada pieza de este rompecabezas y sin embargo desordenas mi mente.
Me dejas patas arriba en un estado caótico en el que sé que tengo que huir.
Me desespera no tenerte y cuando estoy a tu lado es frustrante.
Eres el huracán que se lleva todo a su paso.
Siento que tengo que alejarme de ti para estar contigo.
Siempre me tendrás en algún lugar dentro de ti.
Pero sé que yo nunca te tuve.
Eres inaccesible.
Todos tus versos quedarán bajo llave.
Esperando que alguien los rescate.
Pero no, esta vez no seré yo.







Fachada


Todo lo que ves no es todo lo que soy.
Mi fachada parece fuerte y dura aunque por dentro es sensible y frágil y pocas personas consiguen llegar dentro.
Soy de enero y no soy de frío, aunque a veces parezca de hielo, solo es fachada porque por dentro soy puro fuego.
Me gusta asomarme a la ventana y ver los árboles, oír los pájaros, sentir el sol.

Intento pintar mis mañanas de colores aunque sean grises, buscando siempre el lado positivo a todo.
Tengo muy buena memoria, pero mi mente se burla de mí.
Recuerdo tu cumple, tu número de teléfono y posiblemente haya olvidado parte de lo que me dijiste ayer.
Hay momentos que nunca olvidaré, aprendo a vivir con lo que sea, pero siempre queda dentro.

No me gusta la perfección, no soy perfecta ni pretendo serlo, sin embargo soy muy perfeccionista con todo lo que hago, aunque a veces no lo consiga a la primera, nunca me canso de intentarlo.
No soy un libro abierto, sin embargo arranco cada una de esas páginas de este libro mal escrito para convertirlo en un bello cuento.
Ese bello cuento que invento todos los días cuando cierro los ojos, porque soñar es gratis.

Soy un pastel  de chocolate, soy un helado y soy chuches, soy también palomitas y soy patatas fritas.
Soy de montañas y de cascadas, soy de escondites y de árboles, soy de animales y de naturaleza.
Soy lo que he vivido y lo que he llorado, soy lo que he tenido y lo que he soñado.
Soy lo que me han hecho y lo que me han dado, soy lo que me han querido y lo que me han odiado.
Soy lo que he logrado y lo que me queda por lograr, soy lo que he superado y lo que me queda por lidiar.
Soy las personas que he perdido y las que he encontrado por el camino.
Soy una caja de sorpresas, soy una lágrima y un puñado de risas.
Soy lo que nunca esperas.

Mi mundo interior es como el firmamento, con miles de constelaciones, planetas, galaxias y hasta agujeros negros.
Todo lo que ves no es todo lo que soy, mi fachada es solo una milésima parte de lo que llevo dentro.



Aprendiendo lo desaprendido

Estoy dejando de buscar respuestas absurdas en ese viejo baúl carcomido de culpas y desastres.  Estoy dejando la culpa atrás, mientras camin...