Ni valiente ni poeta

No creo que pueda dejar nunca de hacer parapetos con mis letras

O quizá jaulas de papel en blanco que me protejan
Aunque de coraza nada sirve si acaban a la deriva como un barco endeble
Me acostumbré a entrelazar las palabras en mis costillas
Y como si de un bordado de flores se tratase, cuido con mimo cada detalle
Sin percatarme de las punzadas que dejan las letras
Al final, consigo tejer una bandera de no me rindo, mientras derramo tinta a borbotones, que deja manchada mi bandera de rojas amapolas
Ni jaula ni barco
Ni pájaro ni mar
Ni verso ni letras
Ni valiente ni poeta


 

Algún día

Algún día romperé ese muro impenetrable que oscurece mis días

Desharé las cadenas que tanto tiempo fueron una prolongación de mi extremidades

Trenzaré mis miedos y llenaré de flores mis nudos

Algún día besaré mi reflejo y perdonaré todo lo que no debería esperar una disculpa

Me rodearé de gente y reiré

Cambiaré mis temblores por danzas y bailaré descalza mientras pisoteo a mis demonios

Algún día seré suficiente y seré capaz

Por mí

Dejaré de ser insignificante

Advertiré todos los retos conseguidos, esos que para el mundo son baladíes

Celebraré cada pequeño triunfo y creeré que lo merezco

Por una vez

Creeré que puedo




Palabras sumisas

No encuentro la forma de sacudir mi rareza

La disparatada idea de que soy un ser de otro mundo
Que mis pies nunca me llevan a ninguna parte y el camino se hace cada vez más abrupto
Mi transmisión sináptica solo se aplica en las letras y ellas, incoherentes, manifiestan una sumisión incuestionable
Dejé de intentar atrapar esas partículas brillantes que deja el sol al colarse por mi ventana
Esas partículas que antes creían ser oportunidades 
Ya no las distingo del polvo
Abro mi ventana cada mañana y dejo que se cuele el aire, que inunde mis pulmones de sueños
Oigo como los árboles me susurran y creen tener la respuesta a todas mis dudas
Hacia dónde han ido a parar esas hojas secas que estrujaban mi memoria
Quizá se hallan meciendo mis noches de palabras huecas
Y ellas, sumisas
Esperan ansiosas plasmarse en mi libreta
 



Explosión

Quizá sea traficante de versos

De palabras huecas

De jaulas vacías

Viajera de caminos sinuosos

Cazadora furtiva de letras

Después de tantos años de cavilaciones, dibujé una línea curva en mis labios

Y rebusqué entre mis pertenencias

Tal vez guardé decenas de palabras para emplearlas como combustible

Esas palabras que quedaron almacenadas en un sótano oscuro

Y servirán de pólvora

Y yo de mecha

Y todo lo que nunca dije

Volará por los aires




Los valientes merecen más de una vida

He vuelto a abrir ese viejo baúl carcomido

Dejé de limpiar el polvo de la superficie, porque me ahogaban los recuerdos

Ahora sé que esas letras que dejé resquebrajadas, pueden dar sonido a unos labios mudos

Que la palabra no tiene por qué morir en un solo intento

Y que si miras esas motas de polvo a contraluz, podrás ver los destellos de nuevas oportunidades

Ahora sé que no todos los abrazos contienen abrojos

Que algunos de ellos incluso pueden curar viejas heridas de esquirlas afiladas

Y que en esos abrazos puedes encontrar algo parecido a lo que sientes cuando engendras un poema

Solo tengo que aprender a ser YO y guardar de una vez en ese viejo baúl carcomido, la culpa y el miedo

Aprender que un abrazo sincero no contiene espinas

Que puede ser el momento de colgar la coraza y la espada

Y que los valientes merecen más de una vida


Aprendiendo lo desaprendido

Estoy dejando de buscar respuestas absurdas en ese viejo baúl carcomido de culpas y desastres.  Estoy dejando la culpa atrás, mientras camin...