Promesas

La última vez que tuve una discusión conmigo, me prometí no gritarme más. 
Me prometí no hacerme daño y demostrarme que valgo más de lo que creía y que puedo conseguirlo.
Me juré no volver a pisar más ese maldito vagón de sueños frustrados y de cadenas que atan y dejar que ese tren se fuera lejos. 
Subirme en otra estación con la esperanza de encontrar lo que tanto tiempo busqué. Disfrutar del viaje mientras busco. Encontrar y descubrir nuevos lugares en mi interior que pueden ser hogar y que conseguí cicatrizar. 
Dejar de romper ese espejo que se empeña en mostrar caras que ya no existen. 
Aceptarme y quererme, o al menos intentarlo.
En la última discusión que tuve conmigo, me hice tanto daño que creí no recomponerme nunca. Me culpé y me pisoteé tantas veces que todavía quedan restos de huellas en mi piel.
Puede que siga discutiendo de vez en cuando, pero ahora creo que puedo sostener la culpa y el miedo sin que me desgarre por dentro. 
También me prometí dejar marchar a esa niña de ojos tristes. Ya no existe. Y debo encontrar un hueco en mí para perdonarla, porque creo que ella ya lo hizo. 



Grandes pasos

Hay días en que no estoy. 
No me pertenezco.
Ni soy paz, ni soy trinchera. 
Ni soy fuego, ni soy escarcha. 
Ni soy hogar, ni soy viajera.
Mis pasos han alcanzado caminos que antes creía infranqueables. 
He derribado ese muro que separaba tu realidad de la mía tantas veces que mis nudillos sangran.
He cubierto de naipes mi castillo, que fue mi cárcel. Intento inhalar muy despacio el poco aire que me queda, para no derribar lo que, con tanto esfuerzo he conseguido. 
He aprendido a respirar profundamente antes de saltar a un vacío inexistente. 
El mismo día que aprendí a inhalar y exhalar sin ahogarme en el intento. 
Parece fácil, no? 
Imagina, comprimir todos los pedazos que quedaron de jirones del ayer e intentar encajar cada una de esas partes desmembradas sin el menor atisbo de cicatriz. 
Todo eso en tu caja torácica.
Entre pecho y espalda.
Así que respira, me repito. 
Lo estás consiguiendo.





Aprendiendo lo desaprendido

Estoy dejando de buscar respuestas absurdas en ese viejo baúl carcomido de culpas y desastres.  Estoy dejando la culpa atrás, mientras camin...