Mi nuevo Proyecto / Capítulo 2

                                       ¿Título?

Tengo que haceros una pregunta, a las personas que les guste escribir, que hayan comenzado un proyecto, que hayan escrito una novela.

¿Cuándo tuvisteis claro el título que tendría vuestra novela? ¿Os costó mucho ponerle un título? Porque creo que elegir un buen título es algo muy importante. Tengo que confesaros que no tengo el título. He escrito el capítulo cinco y comenzaré el capítulo seis y todavía no tengo nada claro cuál será el título. ¿Es normal? Quiero pensarlo muy bien porque un buen título es algo fundamental. Supongo que a medida que vaya avanzando la historia, tendré más claro cuál sería el título ideal, ese título que llame la atención del lector, que tan solo con leerlo den ganas de saber más. Todavía no lo tengo claro.

              

                               Más sobre el lugar 

En el primer capítulo os hablé del lugar en el que me inspiro. Estuve buscando imágenes en Pinterest que me inspiren y se acerquen al lugar donde vive Dalia. Sabéis que Pinterest, más que una red social, es una herramienta donde se encuentra cualquier idea o inspiración que necesitemos. Encontré las imágenes perfectas que pueden definir el lugar, puede que más paradisíaco de lo que necesito, pero sin duda son las imágenes perfectas. Como no he podido decantarme por una en concreto, os dejo unas cuantas, para que os hagáis una idea. Decirme que os parecen las imágenes. 

En el próximo capítulo de mi nuevo proyecto, os daré algún dato de lo que trata la historia, ¿Os apetece?

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Hasta pronto.

Mi nuevo Proyecto / Capítulo 1

                           Comenzamos la aventura

Lo prometido es deuda, aquí estoy de nuevo y como os prometí en anteriores entradas, tengo un nuevo proyecto rondando en mi cabeza desde hace bastante tiempo y de hecho ya he comenzado con él. ¿Estaréis conmigo en todo el proceso?.

Si me seguís desde hace un tiempo, habréis visto que lo que más he compartido ha sido prosa. Mi primer libro publicado Kintsugi  ha sido prosa poética, pero me quedé con las ganas de ahondar en otros terrenos, que para mí es algo más complicado. Me planteé la idea de comenzar a escribir narrativa. Si buscáis la definición, veréis que no es más que un "género literario moderno constituido por la novela, novela corta y el cuento". Estos conceptos pueden ser un poco confusos según se mire, porque en realidad Kintsugi es prosa poética, su finalidad no es narrar hechos, sino sentimientos, sean reales o ficticios y en la narrativa el autor narra una secuencia de hechos y vivencias de uno o varios personajes. Pero vamos a dejar atrás el concepto y comencemos por lo más importante. 

                           Narradora y personaje

La historia está narrada en primera persona, o sea que la narradora es la protagonista y sí, ya he desvelado que es de género femenino, vamos que es una niña de trece años y su nombre es Dalia. Os iré contando pequeños detalles, pero la "chicha" no la contaré por razones obvias. 

Comencé dando vida a esa niña, sus rasgos, su carácter, sus inquietudes. Supongo que si sois amantes de la lectura, habréis dado vida a centenares de personajes de vuestros libros favoritos hasta llegar a cogerle verdadero cariño. En mi cabeza esa niña existe, sé cuál es su color de pelo, sus miedos, sus costumbres y seguiré su evolución en esta historia como otros personajes que son parte fundamental en su evolución. Tengo que conseguir que los lectores se enamoren de los personajes. Tengo que decir que esta niña ya ha conseguido atraparme. 

Tenemos varios personajes que serán esenciales en esta historia y algunos de ellos son muy especiales, pero no hablaremos por ahora de ellos, para no desvelar demasiado. Solo puedo decir que mis hijos ya tienen un personaje favorito.

                            Lugar en el que me inspiro

Necesitaba el lugar donde vive Dalia, donde transcurren los acontecimientos, tenía claro que ese entorno tenía que ser especial. Sabéis que soy amante de la naturaleza así que no podía ser de otra forma. Buscaba inspiración en algún lugar recóndito, entre bosques y montañas. Comencé a buscar el lugar y después tenía que conocerlo, no personalmente está claro (ojalá), sino a través de fotos, vídeos, incluso me adentré en Google Maps para visitarlo rincón por rincón, estudiando el sitio adecuado donde podría vivir Dalia, lo encontré. 

Tengo que decir que el lugar existe, pero puede que la zona exacta donde está situada la casa de Dalia ha sido puramente ficticia, además de algunos datos como la escuela más cercana, que puede que no sea exacta. El caso es que cada vez que leo entre esas páginas alguna definición de ese lugar, me gusta más y me dan ganas de visitarlo e imaginarme a Dalia.

Una vez que ya tuve claro el lugar, tenía que pensar en el año en el que transcurren los acontecimientos. Comencé a documentarme sobre ese lugar, qué estaba pasando ese año, sus costumbres ... Todo lo que pudiera aprender de ese lugar me serviría para poder comprender mejor y transmitirlo después a las páginas.

Creo que escribir narrativa, novela, es algo complicado, ya que tenemos que transmitir a los lectores vivencias, lugares y personajes de tal forma que ellos puedan recrearlo en su mente mientras lo están leyendo y puedan dar vida a esa aventura que es leer. He planificado cada detalle de los personajes, el argumento, el lugar, la época y todo el desarrollo mucho antes de comenzar a escribirla. Creo que es un paso fundamental a la hora de empezar un proyecto así, ya que es muy fácil bloquearse mientras estás escribiendo y no saber por dónde tirar. Aunque planifiquemos con detalle todo, podemos tener bloqueos. 

Creo que lo dejaré aquí por ahora, os iré contando en próximas entradas el proceso, por ahora solo puedo deciros que empiezo el capítulo cinco y que empieza "la chicha".

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Pasos que seguí para escribir y publicar / Capítulo 2

                      Kintsugi empieza a tomar forma 

Como os dije en el anterior post, estuve trabajando mucho para mejorar tanto mi escritura como la presentación a la hora de enviar el manuscrito a una editorial, esta vez quería hacerlo bien. Como ya os daréis cuenta, soy muy perseverante, no me rindo tan fácilmente. Comencé eligiendo los versos que tenía guardados y desechando los que creía que no encajaban en mi poemario. Algunos de los que tenía, los rectifiqué intentando mejorarlos. Empecé a escribir nuevos, Pero el título de Kintsugi ya encajaba con los versos que tenía, así que lo tuve claro, además, me parecía una leyenda muy interesante y su metáfora es aún más. Esa perspectiva reparadora de la que hace mención la técnica japonesa. 

Recuerdo que estábamos en mitad de la pandemia COVID-19, así que era el mejor o el peor momento para Kintsugi, según se mire, porque quien haya leído el poemario, sabrá que es muy intenso, no te deja indiferente. De alguna manera me ayudó a sobrellevar esos momentos tan duros, esa preocupación, la perdida de seres queridos, creo que no tengo que explicaros más.

Terminé mi poemario Kintsugi, o eso creía, porque lo daba por terminado, lo leían mis hijos (son mis mejores lectores y críticos) pero seguía repasándolo y rectificando. Nunca lo veía perfecto, creo que eso tiene una palabra, se llama "inseguridad". Tuve que comérmela toda y seguir adelante con mi proyecto, tenía que hacerlo, me lo propuse y debía hacerlo. Llegó el momento de hacer la carta de presentación para las editoriales, para mí es una de las tareas más difíciles, tanto la sinopsis como la biografía. Tenía que llamar la atención de los editores y no por mi extensa biografía (ya me entenderéis) sino porque creyera que merecía la pena, creer en mi proyecto. El primer paso era confiar en mí, darle muchas vueltas a la forma en la que estructuraba la presentación y la biografía.

               Se cierra una puerta y se abre una ventana

Comencé a buscar editoriales que publicaran poesía, prosa, envié bastantes correos, todos y cada uno de ellos eran personalizados, vamos que no hacía copia y pega. Enviaba el documento con la sinopsis y la biografía o lo que cada editorial pedía. Algunas editoriales contestaban rápidamente, para mí no era bueno, ya que la mayoría de las veces era porque mi manuscrito no era lo que ellos estaban buscando, así que nada, una puerta cerrada. Intentaba pensar que el problema no era que el poemario fuese malo o bueno, sino que cada editorial tiene su propio criterio a la hora de escoger para la publicación, o simplemente, no encajaba con lo que ellos buscaban en ese momento.

Después de unas cuantas puertas cerradas, de desilusiones, de inseguridades, de creer que otra vez no lo conseguiría. Contactó conmigo editorial cuadranta, uno de los sellos de Olelibros.  Me propusieron un contrato editorial para publicar con ellos, después de tantas puertas cerradas, no lo podía creer. Estaba muy asustada, tenía muchas dudas y muchos miedos. Pero después de estudiarme su propuesta, una cosa sí tenía clara, no podía dejar escapar la oportunidad de cumplir mi sueño por mis miedos e inseguridades, me lancé. Tengo que agradecer mucho a la editorial por creer en mí, por el trato y por la profesionalidad.

Sé que lo más difícil no ha sido publicar, porque darse a conocer, creer en mí y hacer que otros crean también es una tarea difícil. Estoy segura de que con mucho esfuerzo lo conseguiré. Para empezar, ya puedo estar muy orgullosa de lo que he conseguido y pienso seguir luchando por mantenerme y seguir soñando.

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No os vayáis porque en siguientes entradas empezaré a desvelar cuál es mi nuevo proyecto y si os apetece me acompañaréis en todo el proceso.

Espero leeros por aquí abajo.

Muchas gracias por estar aquí.