He llegado tarde.
Es curioso porque yo
siempre he sido puntual.
Quizás olvidé hacia donde
me dirigía.
Tal vez confundí el
camino de regreso.
He dejado atrás tantas
paradas.
Empeñada en coger un
atajo por el camino más fácil.
Que he dejado en el
camino todos mis sueños y olvidé cuál era mi destino.
Me he perdido por el
camino, me he encontrado y me he vuelto a perder tantas veces que hasta perdí
la cordura.
Llegué tarde, como
llegaron tarde tus disculpas y no encontraron a nadie.
He llegado tarde a tantos
abrazos, a tantos te quieros.
He dejado por el camino un reguero de sangre, dejando mi herida abierta.
He perdido mil suspiros
en mi garganta.
Decenas de nudos y miles
de mariposas que se escaparon revoloteando.
Y retrocedí sobre mis pasos recogiendo pedacitos de mí, olvidando de nuevo el camino de regreso.
No pude reparar todas esas heridas, pero pude pintar encima de ellas un nuevo camino.
Y quizás broten esas semillas que un día planté y florezca de nuevo mi camino.
Sigo sin saber hacia
dónde me dirijo.
Pero ya no importa, porque brotó una rosa de mi pecho en el centro de mi herida.
Se enraizaron mis lágrimas y de mis dedos brotaron espinas.
Ahora soy más fuerte.
Ahora soy más bella.