No encuentro la forma de sacudir mi rareza
La disparatada idea de que soy un ser de otro mundoQue mis pies nunca me llevan a ninguna parte y el camino se hace cada vez más abrupto
Mi transmisión sináptica solo se aplica en las letras y ellas, incoherentes, manifiestan una sumisión incuestionable
Dejé de intentar atrapar esas partículas brillantes que deja el sol al colarse por mi ventana
Esas partículas que antes creían ser oportunidades
Ya no las distingo del polvo
Abro mi ventana cada mañana y dejo que se cuele el aire, que inunde mis pulmones de sueños
Oigo como los árboles me susurran y creen tener la respuesta a todas mis dudas
Hacia dónde han ido a parar esas hojas secas que estrujaban mi memoria
Quizá se hallan meciendo mis noches de palabras huecas
Y ellas, sumisas
Esperan ansiosas plasmarse en mi libreta
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