Asignaturas pendientes

Es difícil convivir con esa voz en tu cabeza que no consigues callar nunca. Esas expectativas que crea esa maldita voz, solo consigue que la frustración lidere la parte coherente que creías tener intacta.

Te recuerda constantemente que tienes asignaturas pendientes que debes solventar.

Por más que te empeñas, solo consigues ver una imagen distorsionada de lo que algún día quisiste alcanzar. 

Tienes un mundo interior tan diferente a lo que proyectas. Ese reflejo fraudulento que solo tú puedes ver y te empeñas en esconder por miedo a ofrecer restos de un terreno yermo que dejó el pasado en tu interior. 

Después, a solas, en silencio, esa voz de nuevo, comienza a proyectar ese tú que siempre quisiste, sacando todo el valor que guardas dentro. Ese valor que solo surge cuando tienes un papel y una pluma. Porque sabes que solo así serás capaz de hablarte con sinceridad lo que jamás saldrá de voz. Es curioso, cuanto más dueles, más escribes. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aprendiendo lo desaprendido

Estoy dejando de buscar respuestas absurdas en ese viejo baúl carcomido de culpas y desastres.  Estoy dejando la culpa atrás, mientras camin...