Me hice mayor el día en que no encontré sentido a desvestir esa muñeca andrajosa y curar sus heridas invisibles.
Cambié harapos por letras camufladas en mi piel con mensajes secretos.
Los días de silencio, lanzándolos a un vacío inexistente, o aplastándolos hasta dejarme los nudillos y la fuerza contenida.
Dejé de repetirme "duerme pequeña, todo irá bien"
Dejé de verle sentido a esos sueños en los que volaba alto.
Ya no se distinguen las caras de los que quedaron atrás y por más que intento extender mis brazos, no consigo llegar a la escalera de incendios.
Llevo mechas en mi cuello y me recuerdan que estoy a un paso del siniestro.
Solo siento bombean tinta de mis arterias y creo sentir la chispa que lo iniciará todo.
De algún modo, todas esas letras contenidas durante tanto tiempo, volarán por los aires y no quedarán más que unos cuantos versos esparcidos.
Que solo unos pocos locos podrán entenderlos.
Quizá, solo así, algún día podré decir "duerme pequeña, todo irá bien"
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