Escribo para llenar los huecos que dejaron las cicatrices.
Para poder gritar en silencio a mis renglones
lo que nunca le grité al mundo.
Para no dejar morir lo que creí muerto en mí.
Y para convencerme de que existo y sobrevivo.
Que perdonen mis renglones,
mi pluma y mis fracasos,
si pisoteo la incoherencia
con unas letras que no se sostienen.
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