Cómo quisiera contarte que en mi cielo ya no veo solo nubes negras. Y si las hay, las transformo en animales gigantes. Las moldeo a mi antojo y espero que carguen sobre mí, sin miedo, bailando bajo ellas.
Cómo quisiera que sintieras la lluvia caer sobre tus mejillas, chapotear en los charcos y ensuciarte de fango.
Cómo quisiera que sintieras el abrazo de un bosque, el murmullo de los árboles y la hierba mojada en tus pequeños pies descalzos.
No, no tengas miedo, ya no debes temer nada. Aquí no existe el hombre del saco. Puedes quedarte jugando el rato que quieras.
Cómo quisiera decirte que ahora sé que podría cuidar de ti como nadie supo hacerlo. Que nos quedaríamos tumbadas bajo las estrellas y contaríamos historias para no dormir.
Cómo quisiera tener el valor de escribir nuestra historia, plasmarla en papel y hacer un avión, que vuele cual cometa todo ese dolor.
Cómo quisiera que vieras que ya no soy la misma y solo desearía que estuvieras orgullosa de mí. Porque todo lo que estoy consiguiendo es por nosotras.


