Transformación

Intento mirar al pasado de frente sin derramar una lágrima. 
Ellas se funden con mis horas muertas y mientras corretean por mis mejillas a sus anchas, dibujan un camino hacia mi tráquea, hasta llegar al esternón. 
Todas ellas, se fusionan alimentando cada hueco de mi caja torácica. 
Se han hecho nido cual crisálida para transformar lo que un día dolió.
Lo noto.
Tengo hambre atrasada.
Que quizá no consiga saciar nunca.
Si no rompo en pedazos ese maldito reloj.
Que me recuerda constantemente que llegué tarde a todo.
Menos a mi transformación. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un poema para cada herida

Todavía me quedan heridas en la piel a las que no les he dedicado ningún poema. Todas tienen algo en común: no las he nombrado, no las he mi...