Dejar de buscar

Sigo sin comprender en qué momento pasó. 
Engulleron mis silencios rotos como platos. 
En mil pedazos quedaron todas esas alegorías mal escritas. 
Ese rompecabezas que intenté comenzar y nunca pude terminar. 
Ya no tenía ningún sentido en cada una de sus formas. 
Ni sus conceptos.
Todo se transformó en pequeñas partículas volátiles que se fusionaron con lo que un día fui. 
Y con lo que nunca seré.
Y qué más da.
Puedo ser.
Puedo parecer.
Puedo existir.
Sin ninguna de esas malditas piezas inexistentes que jamás encontraré.
Y que, aunque siga escociendo todavía.
Dejaré de buscar. 
Para reconstruirme una y otra vez.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un poema para cada herida

Todavía me quedan heridas en la piel a las que no les he dedicado ningún poema. Todas tienen algo en común: no las he nombrado, no las he mi...