Sostuve los recuerdos entre mis manos.
Los estrujé como si fueran hojas secas.
Quise que se los llevara el viento.
Mientras contemplo la danza de los árboles, intento capturar en mi memoria
algunos de los buenos momentos.
Me debo tanto... que no tendré suficiente vida para devolverme todo.
Para poder sanarme.
Así que ya es hora de comenzar a saldar mi deuda.
Y creo que debo comenzar por perdonarme.